lunes, 24 de septiembre de 2012

"Realmente, al enfrascarse en la elección de continuar a pie decidimos qué, cuándo y dónde habitaremos el resto de los días.

Es complicado el seguir pensando que llegados a este punto seremos capaces de distinguir si lo demás será sencillo, pero más lejos de la realidad todo se vuelve más complicado.
Para bien o para mal demasiados caen en el eterno giro de la impotencia y el desdichado que cree ser feliz, aun pensando que realmente el no sentir nos hará más puros.

La deformidad que sufre nuestro entorno al privarnos del dolor es, por consiguiente, lo que debería entrar en normalidad, pero para poder realmente existir, ya no físicamente si no, quizá, 'metalmente' se debe sentir ña inexistencia de lo físico.
Supongo que después de sufrir a escondidas el vacio intrínseco que deforma la realidad se hace notorio el que la Nada es lo más habitable.
A pesar de ello jamás se deja de sentir, ni el sopor de la monotonía te puede arrebatar el que, accidentalmente se intente valorar lo que nos depara otro día vacio.

Para poder coexistir con la continuación de la realidad hay que habitar, de manera  prolongada en la desesperación, haciendo de ella un fuerte camino hacia el cumplimiento mental que debe ser constante, como si hablaramos de otra monotonía, pero dada a la sabiduría propia.
Realmente todo es palabrerío, a todos nos afecta el dolor por igual, la adicción a éste siempre se manifiesta de manera diferente... pero la monotonía creo que puede llegar a producir tal patología que a penas dejaría hueco para la voluntad egoísta."


                                       N.





lunes, 28 de mayo de 2012

Sobre el aislamiento mental.

"Alguien comentó alguna vez sobre la psicosis.
¿En qué momento se deja de estar cuerdo y jugar con la irracionalidad para llegar al punto de la desdicha pérdida de la cabeza?

Es reciente el saber que, a pesar de todo lo que nos rodea, quizá si que sea patológico.
Coincido con la psicosis, no como brutalmente se refiere a la palabra pero si un desdoblamiento personal hacia el exterior.

Es terrible querer escapar de esta cárcel de cristal que nos obliga a husmear día tras día, y la evasión con dolor ya a penas se permite en el cubil. Aquellos instantes de ardor pétreo entre los dedos, el sadismo en su más pura esencia... era como un grito constante entre oido y oido, como intentar escapar de una realidad impuesta, ya no solo externa si no interna.
El peligro aparece cuando la realidad que se ha formado tras la iniciación a la imaginación es la única verdadera, sería como destruir la inocencia, pero ésta debería haberse marchado ya.

Es todo un caos, para que mentir, un caos en la realidad pútrida y en la realidad impuesta... en la que vive en las estrellas y en la que el cosmos nos abraza.
Todo parece de cristal, si penetras a penas dos metros bajo el umbral se rompe, se resquebraja, se pierde en la inmensidad del caos, del comos, del todo, de la nada y de la risa excéntrica del creador de todo: mi cabeza.

Como si se tratara de un ente extraño convivo con él día a día, me permite lucidez, pero cuando de nuevo aparece el espejo se perpetúa hasta que decide liberarme de los grilletes patológicos.
Quizá se haya marchado, de ahí el miedo irracional a lo racional, a la verdad mentirosa, y a no poder convivir fresca entre las zarzas del mundo real.
Aquella realidad a la que estuve suscrita durante años me ha abandonado, por que ya no la deseo y por que ya ni la comprendo"


"Realmente si que es como vivir en el fondo marino, en lo desconocido, pavoroso de respirar... puesto que solo hay claustrofobia y el inmenso abismo engulléndote"


N.

miércoles, 9 de mayo de 2012

"¿Qué podría significar que el propio abismo se desvaneciera?
Comprendemos la existencia inerte de nuestros pensamientos, aunque a veces decidamos que todo debe ser diferente, la realidad intrínseca no nos dejaría jamás escapar a lo que propiamente necesitamos para sobrevivir.

Es un vacio tan grande, a penas se le podría proporcionar un nombre.
Ha ocupado cada segundo hasta hacerse con el control de todo lo que nos rodea... ha perdurado hasta hacerse el rey de mi propio reino... ahora ya no existe el tiempo; todo es lento, viscoso, se agarra como una garrapata.
A pesar de ello... seguimos respirando, seguimos intentando encontrar algo que nos llene ese vacio temporal... el cosmos se ha hecho tan grande que a penas puedo visualizar mi posición en el mundo.... ¿qué mundo?.
Olvidaba que todo ahora es vacio, pues es la esperanza la que miente, antiguos respetos hacia lo que me fue enseñado... habría que evitar el poder pensar que existe otro cosmos u otro vacio, siendo éste el único que nos rodea.
Pertenecer a un lugar no te hace sentirte ni siquiera más seguro... realmente, no se proporciona ningún tiempo de aliento más que el de la mentira diaria...
Yo creo que nos estamos muriendo... consumiento entre un vacio existencial tan grande que no podemos ni digerirlo, y es doloroso ver que no queremos deshacernos de la esperanza, quizá, las garrapatas seamos nosotros... continuamente pensando en una supervivencia feliz como único matiz de la realidad...

Todo se entremezcla, todo se diluye, ni siquiera el sueño es placentero en el vacio atemporal, es La Nada la que ahora aguarda mis suspiros... es La Nada la que ha encontrado buena compañera en mi apatía... es el abismo el que ahora habita por mi... o quizá solo sea yo que me estoy desprendiendo de mi caparazón por que ya nada tiene sentido, y aun menos... importa"


N.


jueves, 12 de abril de 2012

Sobre el descenso a los Infiernos...

No existe mayor goce en el ser que aquel que pretende la decadencia, que arrastra la cordura establecida y simula la venganza ante la monotonía. El estimulo que produce la incoherencia de la realidad refleja, en parte, la pretensión por escapar de todo ésto que nos mantiene en una espiral de falsa banalidad y cobijarnos en la desolación de la propia alma. Ahogarte en el fondo de un océano que siendo uno mismo el propio creador mantiene en la ignorancia, de no saber cuándo acariciar aquel interior que entierra ni siquiera cómo alcanzar o quizás esconder sus límites nos pretende eludirlo; ejerciendo de teleportador hacia ése Tártaro perdido, que sulfura horror e intolerencia. A menudo la ceguera de una disposición mental obsesionada con el desarrollo impide descubrirlo pero no encierra insensatez alguna decirte que sus puertas permanecen abiertas, a tu disposición, a tu antojo... conoces su esencia, sus parajes y sus moradores. Únicamente te sugiero descender a los Infiernos con no mucha frecuencia, quizás una vez allí desees cerrar sus puertas y mantenerte en su existencia perpetua.

E.

"La propia mente es realmente ambigua.
Produciendo la gratitud de las metas alcanzadas, podemos, sin embargo, entristecer el aura que perpetúa lo incoherente.

Hallados pues en este punto, creemos que no se rige de nignuna manera la mente humana, ni estímulos externos, ni internos... únicamente es el propio abismo de incertezas que hemos creado el que atrae las sensaciones benignas... y malignas, añadiendo el punto y final a las diferentes explicaciones que el día a día nos impide vislumbrar"


N.

martes, 3 de abril de 2012

"Una de las principales soluciones al suicidio es la siguiente frase: ‘No lo hagas, hay gente que te quiere y te aprecia’, el problema grande viene cuando ni siquiera el que te quieran te llena.
El mayor vacio existencial que una persona puede sufrir es el de sentir que no puede corresponder a la persona que le brinda cobijo psicológico, sentirse impotente frente a la idea de decepcionarle…  las autolesiones no son más que culpabilidad impuesta frente al dolor que se sabe que se le proporciona a la gente que te quiere…. es simple masoquismo…. Con lo cual, el suicidio deriva del egoísmo propio de no sentirte querido, a pesar de saber que eres correspondido…. Que la gente te ame no importa cuando sabes que solo les vas a hacer daño."

A veces me asusto a mi misma....

                                                                                                                                                  N.
La propia mente se encuentra enfrascada en un cubículo sumamente pequeño.
Para realizar el cambio de la libertad perdudara a la libertad colosal encontramos el tramo de la madurez más rudo y dificil....

Quizá sea el nervio espinal, quien, una vez más. juega malas pasadas, ira descontrolada y pena ajena, pero en realidad cada pequeño cristal de sus cubículos se encargará de destruir sus ilusiones, sus sueños, sus esfuerzos: olvidar que no somos nada es un castigo que pasa factura con el tiempo.

Lo material, incluida la carne humana es relativamente prescindible, optando por una muerte prematura antes de que el cerebro nos anuncie que ya no existe sentimiento...a partir de entonces la vida no servirá más que de puñal; alargando la agonía hasta que el pulmón expire su último aliento.

Relativamente todo es mentira, incluida la verdad suprema que se nos enseña desde pequeños, pero llegados a este punto donde alguien o algo nos venda los ojos y nos promete ahorrarnos el sufrimiento, ciegos ante la mentira, caeremos sin dudarlo... socialmente obligados a pensar que el dolor es lo opuesto a la felicidad que tanto se nos vende de manera capitalista... el dolor aflora los sentimientos de pesadumbre corpórea, aflora la agonía de respirar, aflora la ira, la desesperación, aflora todos aquellos sentimientos que siempre nos acompañan y que habitan en el umbral de nuestro sueños, pesamientos y reinan esperándonos de la misma manera hacia el futuro incierto.
No se por que desechamos el dolor, no se por que huímos de la realidad agónica que día a día vivimos pero que nos obligan a descartar.... asi, una vez más, volvemos a la mentira efímera de que la verdad que no existe es esa felicidad que tanto nos obligan a encontrar.

                         N.

martes, 20 de marzo de 2012

Sobre el apogeo del vencido...

No es sino la ilusión sobre lo mundano quien combate la quimera que precede al raciocinio, aquella que desde el principio pretende albergar la única virtud de la existencia, quien me encadena y se erige guardián de mi ausencia, sin más proposito que el de negar la luz que siempre ensombrece el camino, ése que parece tener un fin a lo lejos mas ignoro sus atajos y envuelto en la niebla sucumbo ante su incerteza. Arengo mi mente para que traze desde lo más recóndito de la reclusión que mantiene mi osadía distante, una llanura donde el verde sea espeso, incluso primaveral, que me invite a perpetuar mi esperanza; lugar donde el descanso sea por méritos bien alcanzados y no marcados por somnolencias de origen bien sabido. Reconozco que tuve mi opción de escapar y quizá haya sido reincidente en la misma pero no hay mayor dolor que permanecer despierto ante la mirada de ese monstruo que hace de cerbero, que te somete, te vapulea, te embiste, te alardea como entretenimiento y por fin, te abandona ante la pasividad del tiempo. Sean los grilletes únicos abalorios para postergar mi decadencia.
He aquí mi posición, entonces: impasible ante lo imposible.

E.

miércoles, 25 de enero de 2012

"Siento como el abismo engulle.
La propicia hora ha llegado: resuena el aleteo, esta vez atroz, arrogante y desquiciado.

Antaño punzante, ahora venerado, esperado, y sin complejidad alguna para mi azul acuoso.
Tardaba en sedarme, en espantar los demonios de la realidad, dejándome inmune ante lo que podría acontecer, no me importa, no existe...
Resuenan, inmensos, ahogando mis lágrimas, ya no se merecen.
Hasta la ténue luz me permite vomitar entrañas que habían desaparecido, se multiplica, es el, ha regresado.

Me aplasto.
El cristal se rompe... caigo.
De nuevo donde habitaba siempre la razón, carcomiendo la mugre de un mundo en cenizas que no se restaura, no merece, pues no existe para la realidad nada peor que el terror a lo no visible, es efímero el pensamiento...
Me sumerjo, el abismo me engulle, la oscuridad me acuna, ya no existe nada.
Aquella Nada que me consumió, que me arropó cuando creí encontrar la razón al cristal onírico... únicamente ha quebrantado y alargado la estabilidad ficticia... velos de ignorancia... como todo.
Vuelvo a mi lecho de hojarasca muerta, así podré perderme en la inestabilidad del espacio vacío".


                                                                                                                                           N.

jueves, 12 de enero de 2012

La vida se nos muestra ante las manos como algo preciado, dichoso de nuestros propios pensamientos, hemos de cuidar la integridad de nuestra propia persona para poder convivir con nuestro propio ego... pshé ¿a quíen le importa eso?.

Es más rudimentario, más efímero poder autodestruirnos, simplemente para tener una dichosa excusa; aquí encontramos el primer obstáculo, la cruda realidad, ese cristal tintado que nunca deja ver lo que hay detrás: pensamientos, ilusiones, mentiras, reglas... todo un rizo que no podemos obviar.... al que no podemos escapar.

La separación entre la mente y el cuerpo es dura, pero, creerme, necesaria para poder alcanzar la primera verdad, no hay más secreto que el que nosotros queramos ocultar, no hay más mentira que la que nosotros queramos creer, todo ello blindado con dolorosas ilusiones, las cuales, podemos romper... liberando la vida, la mente... el alma al plácido dolor, desdichado cabrón que tanto nos corrompe.

Más tarde me despertaré, sentiré como la agobiante luz del día me obliga, me aplasta... y yo solo quiero vomitar, vomitarte en las entrañas para que veas que todo es necesario para poder seguir abriendo los ojos, que el respeto que poseo hacia lo inevitable me obliga a esquivarlo, me obliga a llorar, a gritar... a agonizar, pero eso tu, quizá no lo entiendas.
Solo quiero ver la eternidad derrochando lágrimas en tus manos, viajando de la mano a Saturno... solo quiero volar de esta cárcel que hemos inventado.


                                                                                                                                               N.